Solemos creer que la “a” y la “o” son la clave para distinguir lo femenino de lo masculino, respectivamente. De allí la inagotable diatriba entre quienes pregonan el sexismo lingüístico y quienes consideramos que tal cosa no existe. Como veremos en el siguiente extracto del libro “Gramática de la lengua española” de Emilio Alarcos Llorach, lo femenino y lo masculino tienen diversas maneras de manifestarse en la lengua.