Río de Janiero, Brasil |
Nos viene a la memoria una olimpíada en la cual los narradores de una cadena internacional de televisión comenzaron a referirse a un atleta nacido en Jamaica como jamaicano. De repente todo el mundo comenzó a llamar así a los jamaiquinos a tal punto de que ambas palabras ya aparecen en el Diccionario de la Real Academia Española.
Más recientemente hemos observado la moda de llamar madrideño a todo lo que tenga que ver con la capital española. (Madrideño no está registrado en el DRAE) Parece que se estuviese partiendo de la premisa según la cual un gentilicio se forma con base en el nombre del país o de la localidad de que se trate, al cual se le agrega un sufijo sin modificación de la raíz (caso similar a la formación de verbos a partir de sustantivos). Según ese argumento, quien nace en Estados Unidos sería un auténtico y vernáculo estadosunidos-ense, o ero, o eño y no un estadounidense; a un oriundo de Guatemala lo llamaremos Guatemala-eño y no guatemalteco y los nacidos en la ciudad de Río de Janerio ya no serán cariocas. Vaya usted a saber cómo sería este gentilicio según el criterio mencionado.
No compliquemos las cosas. Los gentilicios son como solemos decirlos. Quien nace en Madrid es madrileño(a), así, con "ele" ¡y punto! Por cierto, las personas que nacen en La India son hindúes pero pudieran ser también católicos, musulmanes, budistas, protestantes o de la religión que prefiera, pues hindú (o hinduista) es también una persona que profesa el Hinduismo. Anteriormente el DRAE sólo admitía "indio" como gentilicio de ese país.
Orador.
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