viernes, 20 de abril de 2012

Conciencia muscular

En nuestro artículo “El énfasis en el discurso” hablamos de la importancia de los gestos del orador en el desarrollo de una presentación. Allí escribimos: “Los gestos forman parte del lenguaje corporal y cuando hay incoherencia entre las señales verbales y las no verbales hay una tendencia del receptor a confiar más en éstas. Según Albert Mehrabian, citado por Pease ‘(…) el impacto total de un mensaje es verbal en un 7 por ciento (palabras solamente), 38 por ciento vocal (incluye el tono de la voz, los matices y otros sonidos) y 55 por ciento no verbal’. (PEASE, Allan. ‘El Lenguaje del Cuerpo’ P. 12) Pease agrega que ‘(…) los investigadores han registrado casi un millón de claves y señales no verbales.’ Tenga presente que los gestos son universales y no se limitan a las manos, también los hacemos con los brazos, las piernas, expresiones de la cara y con la orientación y desplazamientos del cuerpo”.

Hoy les entregamos varias prácticas destinadas a mejorar el comando voluntario sobre nuestro cuerpo, lo que redundará en una gesticulación más conciente por parte del orador. Se trata de una especie de entrenamiento cerebral, considerando que -en principio- todos tenemos la facilidad de ordenar el movimiento de cualquiera de nuestros músculos o de un grupo de ellos, bajo cierta “memoria” que nos permite caminar, escribir, nadar, jugar fútbol, etcétera, es decir, actividades naturales o aprendidas que consideramos normales a pesar de que algunas pueden ser más complejas que otras y que realizamos sin tener que “pensar” en las órdenes que le damos a los músculos que las hacen posible. Pero cuando se trata de movimientos que no forman parte de esa “memoria”, nuestro cerebro sufre una confusión que se refleja en la torpeza de nuestros músculos al momento de realizarlos.

Luego de esa confusión y torpeza iniciales se produce en nuestro cerebro un proceso de aprendizaje que facilita los movimientos que minutos antes no podíamos realizar. Adicionalmente nos proporciona una sensación de dominio del cuerpo que se reflejará positivamente en la gesticulación cuando estemos frente al auditorio, donde cada movimiento tendrá una justa proporción de conciencia y naturalidad.

Ejercicio 1

Objetivo: Dominar el uso de músculos específicos.
Posición: Sentado o de pie.
Duración: Ente 5 y 10 minutos.
Frecuencia: Hasta lograr el objetivo.
Otros: Puede repetir este ejercicio algunos días antes de una presentación oral.
Evaluación: Logrará el objetivo si realiza movimientos diferentes con ambas manos y de manera simultánea.

Procedimiento

1°. Adopte la posición indicada. Coloque la mano derecha sobre su estómago. Coloque la mano izquierda sobre su cabeza. Mantenga esta posición.
2°. Con la mano derecha “sobe” su estómago durante 10 segundos, con movimientos de arriba a abajo. Detenga el movimiento y mantenga la mano sobre el estómago.
3°. Con la mano izquierda dé palmadas consecutivas y suaves sobre su cabeza, durante 10 segundos. Detenga el movimiento y mantenga la mano sobre la cabeza.
4°. Inicie ambos movimientos de manera simultánea por 15 a 20 segundos: Mano derecha: soba su estómago. Mano izquierda da palmadas en su cabeza.
5°. Mantenga ambas manos en su posición. Ahora con su mano derecha dé palmadas en su estómago y sobe su cabeza con la mano izquierda, de 15 a 20 segundos.
6°. Intercambie la posición de sus manos. (Derecha sobre su cabeza. Izquierda sobre su estómago)
7°. Inicie simultáneamente los siguientes movimientos: Mano derecha palmea suavemente la cabeza. Mano izquierda soba su estómago. 15 a 20 segundos.
8°. Inicie simultáneamente los siguientes movimientos: Con la mano derecha sobe la cabeza. Con la mano izquierda dé palmadas a su estómago. 15 a 20 segundos.

Ejercicio 2

Esta práctica puede realizarla en su casa, en el trabajo, en el metro, etcétera. Evite realizarla si maneja o cuando esté operando maquinaria, si es el caso. No hay límites de frecuencia, incluso es un ejercicio beneficioso para la circulación sanguínea por lo que puede hacerlo cuando lo desee, especialmente desde varios días antes de una presentación oral.

Procedimiento

Piense en dos músculos o partes de su cuerpo. Por ejemplo, sus manos, sus brazos, una mano y un pie, en fin, partes diferentes. Concientemente relaje una de esas partes y tense la otra. Digamos, relaje el brazo izquierdo y tense el brazo izquierdo o viceversa. Luego de 5 o 10 segundos invierta el estado de relajación y tensión entre las partes de su cuerpo seleccionadas.

Agregue todas las variantes que se le ocurran. Por ejemplo, piense en tres partes de su cuerpo y ténselas y relájelas con varias combinaciones como relajar la mano izquierda y tensar la derecha y el pie derecho. Luego intercambie las partes relajadas o tensas según su voluntad. Siempre durante 5 o 10 segundos. Luego seleccione otras partes de su cuerpo y repita el procedimiento.

Ejercicio 3

Cada día realizamos muchas actividades en forma mecánica, sin hacernos concientes de los movimientos que ejecutamos o de los músculos que usamos. Piense en esas actividades y en las partes de su cuerpo que debe emplear y cuáles no.

Procedimiento

Al momento de hacer la actividad relaje por completo las partes que no usa. Pongamos como ejemplo el cepillado de los dientes, para lo cual usamos un brazo y una mano. Piense en el brazo y la mano que no emplea y manténgalos totalmente relajados durante la actividad. Aplique lo propio a otras tareas: afeitarse, escribir, comer. Recuerde que siempre hay partes de su cuerpo que no utiliza, como sucede cuando comemos, situación en la que no tenemos que usar las piernas o los pies.

Óscar Manuel Romero.

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