Una
imagen dice más que mil palabras, pero no siempre refleja la verdad. Apenas nos enseña la
“realidad” captada en un milisegundo, no el contexto.
Es increíble cómo, por ejemplo, incluso en un ambiente laboral o profesional
donde reine el desánimo, un grupo de personas de ese entorno, como por arte de magia, mostrará su mejor
sonrisa en el momento en el que alguien les diga: “miren para acá” con
una cámara fotográfica en sus manos, presta a emitir ese sonido (hoy
artificial) del obturador abriéndose y cerrándose en un tris. Luego alguien de
la hipotética compañía podría publicar la instantánea en las redes sociales o en los medios, para que todos vean al “grupo de alegres trabajadores de nuestra empresa” pero en esa foto no veríamos las caras de esas mismas personas durante el resto de las siete horas, 59
minutos y 59 segundos y fracción, de su amarga jornada laboral.
viernes, 28 de junio de 2013
viernes, 21 de junio de 2013
Impostación es calidad de voz
En
nuestro artículo dedicado a la producción de la voz mencionamos que el sistema
de resonancia (…) “constituye el sistema de amplificación de la voz
humana”, y entre los órganos que lo conforman están los senos paranasales y la
cavidad de la boca, los maxilares y los huesos de la cara. En su conjunto,
estos y otros órganos y partes del sistema son los que determinan el timbre,
que es la cualidad del sonido que permite distinguir que la voz que escuchamos
es de una persona y no de otra, aunque ambas digan las mismas palabras
con el mismo tono y la misma intensidad.
Pues
bien, la impostación consiste en la “colocación” de la voz en las cuerdas vocales y en los resonadores o
sistema de resonancia, para obtener una tesitura natural, de manera que permita
lucir todas sus variables de tonos y riqueza sonora, sin vacilación ni temblor,
logrando su emisión con mejor calidad, alcance y timbre. En resumen, la
impostación tiene como objetivo mejorar la calidad del sonido emitido al
hablar.
Ejercicio.
viernes, 7 de junio de 2013
¡Gracias profesor!
Prof. Pablo Ramos Méndez |
Ayer fuimos sorprendidos por la repentina despedida del profesor Pablo
Ramos Méndez, autor de "La Lengua en salsa", columna publicada los jueves en el
diario El Universal de Caracas,
Venezuela. Nos había extrañado su ausencia en las últimas semanas, pero nos
alegra saber que está bien. La columna de este jueves está titulada con una
frase tomada de su contenido: (…) "Me despido
con la agradable sensación del deber cumplido... Hasta siempre".
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