La audiencia espera de un conferenciante (o
conferencista) que el tema sea atractivo, que el orador pronuncie bien las
palabras, (que se entienda lo que dice) que proyecte seguridad cuando habla; es
decir: que su presentación sea impecable. Todo ello crea
la "imagen" que perciben los oyentes. Es un conjunto de
elementos que deben estar presentes desde el momento en que salga al escenario.
Presentación personal
Presentación personal
No escatime en proyectar una imagen de buen gusto,
pero no refleje opulencia. Luzca sobrio(a) No use colores llamativos en su ropa
ni adornos que desvíen el interés del oyente. Use el sentido común. Sencillez y
sobriedad deben ser la norma. Adecúe (adecue) la ropa a la ocasión. Traje
formal o informal según el contexto de su conferencia, el tema, el público
y el ambiente. Se vería tan fuera de lugar un orador trajeado en una choza en
medio de una hacienda, para hablar sobre producción agropecuaria; como otro
ataviado con playera, pantalón corto y pantuflas para disertar sobre cirugía cardiovascular
en el auditorio de una prestigiosa universidad.
Atractivo personal
Atractivo personal
Roberto Carbonell ("Todos Pueden Hablar
Bien". Colección Libros Revistas Bohemia. P. 153) define lo siguiente: “El
atractivo personal es casi la llave del éxito. No aludimos al arte de vestir
con elegancia y buen gusto, sino a la suerte de 'halo' espiritual que irradian
ciertos seres humanos (…) porque sólo el hombre, disponiendo de voluntad y de
criterio, puede ser capaz de interesarse auténticamente por los demás.
Posición corporal del orador
Para muchos ejercicios y para la presentación oral
es importante adoptar una correcta posición de pie, esto es:
cómoda y natural. Carbonell (“Todos pueden hablar bien” Ob. Cit. P. 32) la
describe de manera excelente, por lo que reproducimos un resumen, excepto en lo
referente a la posición de los pies que este autor propone, por resultar
antinatural e incómoda. Dice Carbonell: “La postura correcta de pie debe
ser erguida. Requiere sostener el cuerpo con la columna vertebral. Al levantar las
costillas, los hombros pasarán naturalmente a su sitio. No es necesario ‘sacar
pecho’ o levantar los hombros.
Las orejas deben situarse sobre los hombros. La
barbilla debe quedar paralela al suelo. Para lograr el ángulo adecuado,
colóquese de perfil ante un espejo. Incline la cabeza un poco hacia adelante.
Gire la cabeza para mirar su cuello. Si tiene pliegues en el cuello provocados
por la torsión, eleve la barbilla hasta que desaparezcan. Gire nuevamente hacia
el frente y mantenga la posición. Al estirar la columna la pelvis se inclina
ligeramente. Relaje ligeramente las rodillas.”
En relación con la posición de los pies, coloque
los talones separados por tres a cinco centímetros y proyecte las puntas hacia
los lados en forma de “V” en un ángulo de 45.° aproximadamente. Continuemos con
la descripción de Carbonell: “Vuelque el peso de su cuerpo sobre los arcos y no
sobre talones y dedos. La postura correcta debe describir una línea recta entre
el lóbulo de la oreja, el hombro, la cadera y el tobillo”
Esta posición no es rígida. No debemos parecer
estatuas durante nuestra intervención oral. Digamos que la posición de pie
descrita es la base de los movimientos, gestos y, en algunos casos, los
desplazamientos que servirán para hacer dinámica nuestra intervención, asuntos
que veremos en el próximo tema.
Uso del micrófono
Uso del micrófono
Conviene conocer algunas ideas relacionadas con el
micrófono, recurso tecnológico tan valioso como delicado y que debemos utilizar
de la manera más adecuada posible.
La estructura interna del micrófono
incluye una membrana muy sensible que transforma las ondas sonoras en
impulsos eléctricos que el amplificador se encarga de interpretar y enviar a
los parlantes para su reproducción, con una intensidad varias veces mayor al
sonido de nuestra voz. Para determinar si el micrófono está encendido o si
funciona correctamente, pronuncie algunas palabras, pero nunca lo golpee o
lo sople. Eso es igual a que alguien le golpee o le sople directamente en
su oído para saber si usted oye bien. En lugar de eso, colóquese a cinco o diez
centímetros del micrófono o donde le indique el operador de sonido y module
(hable) con la misma intensidad que usará en su intervención. Puede contar del
uno al diez y viceversa, saludar, repetir alguna palabra, ensayar una
bienvenida, etc. El técnico de audio se encargará de regular la intensidad del
sonido en niveles cónsonos con el espacio del auditorio y le indicará si debe
acercarse o alejarse del micrófono o si debe hablar con mayor o menor intensidad.
En la mayoría de los casos estas pruebas de sonido son realizadas previamente
por el personal técnico.
Al comenzar su intervención: a) Mantenga siempre la
misma distancia entre usted y el micrófono. b) Mantenga la dirección de su boca
hacia el micrófono. c) Si va a leer, coloque el texto detrás del micrófono para
mantener el ángulo adecuado. d) Eventualmente (pero no con mucha frecuencia y
sólo si es posible) dirija su mirada hacia el operador, quien le indicará si
todo está bien o si debe corregir su posición o dirección con respecto al
micrófono.
Ejercicios
Para realizar este ejercicio requiere el empleo de
un espejo que le permita ver su cuerpo completo. De no ser así, puede solicitar
la ayuda de un familiar que le indique si la posición que adopta es correcta.
Ubique en este artículo el tercer párrafo de la sección titulada "Posición corporal del orador", adopte la posición descrita. Evalúe su postura según las
instrucciones dadas.
Óscar Manuel Romero.
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