Decimos
“vaso de agua” y no “vaso con agua” por la misma razón que decimos: plato de
sopa, libro de texto, calculadora de bolsillo, cortina de baño, palangana de
arroz, cartón de leche (o leche de cartón), avión de reacción, huacal de
tomates, casa de reposo, puente de guerra, hospital de niños, estadio de
béisbol, mesa de centro, reloj de pulsera, casa de citas, pista de aterrizaje,
traje de gala, hotel de lujo, carro de paseo, barco de pasajeros,
bicicleta de carrera, bomba de
agua, barco de guerra, ropa de invierno, lentes de sol, tren de pasajeros,
cocina de querosén, bata de baño, apartamento de soltero, cocina de campaña, avión de
pasajeros, caballo de paso y camión de agua.
Igualmente,
porque decimos: dinero de bolsillo, ventilador de mesa, bolígrafo de colores,
lámpara de querosén, linterna de mano, lámpara de baterías, vestido de noche,
libro de cuentos, caja de zapatos, lentes de contacto, ropa de trabajo, cesto
de basura, carro de pasajeros, balde (cubo, tobo) de agua, cámara de video,
casa de campo, tarjeta de invitación, toboganes de emergencia, camión de
basura, reloj de bolsillo, botella de refresco, salón de clases, cartón de huevos, saco de harina, bolso de mano, estadio de fútbol, bicicleta
de paseo, cancha de baloncesto, gorra de béisbol, avión de carga, nevera de
querosén, bolsa de pan, casa de playa y máscara de seguridad.
Y todo
eso sin contar con que también solemos decir: pista de carreras, parque de
bolsillo, torre de control, jarra de agua, cuarto de huéspedes,
arbolito de navidad, cuaderno de
dibujo, carro de carrera, copa de vino, escaleras de incendio, casa de verano,
queso de mano (en Venezuela), sala de espera, tanque de agua, balón de volibol,
camión de bomberos, termo de café, caja de herramientas, cuarto de baño, regalo
de cumpleaños, cesta de ropa, moto de agua, tabla de surfing, piedra de
amolar, mesa de ping-pong, carta de trabajo, piano de cola, teatro de
bolsillo, ventilador de techo, casa de muñecas, torta (tarta) de cumpleaños,
mesita de noche, lista de mercado, caseta de vigilancia, arma de fuego y llave
de paso.
También
es frecuente que digamos: jabón de baño, estadio de rugbi, perro de caza,
filtro de agua, interruptor de corriente, máquina de escribir (casi extintas),
bolsa de basura, tablero de ajedrez, llave de agua, oficina de correos, teatro
de calle, alicate de presión, tren de carga, molino de viento, papel de regalo,
taza de café, cocina de gas, equipo de sonido, cinturón de seguridad, reloj de
pared, puerta de salida, hospital de emergencias, salón de belleza, botella de
vino, pelota de béisbol, camión de mudanzas, guardia de honor, caja de cerveza,
sala de urgencias (o de emergencias), pote de leche, tanque de gasolina, bombona de oxígeno, frasco de salsa, bomba de aceite,
carrito de supermercado y rueda (llanta) de camión.
¡Ah! Y
también: raqueta de tenis, ropa de invierno, freno de mano, silla de ruedas,
tiza de colores, pintura de uñas, mesa de trabajo, helicóptero de rescate,
balón de fútbol, destornillador de estrías, paquete de arvejas, cancha de
volibol, puerta de entrada, guante de béisbol, olla de presión, salida de
emergencia, anillo de compromiso, hombre de negocios, estuche de regalo,
tarjeta de presentación, guantes de protección, molino de café, escalera de
caracol, piedra de amolar, lata de agua, periódico de provincia, palanca de
cambios, gancho de ropa, barco de carga, camisa de fuerza, tanque de guerra y
adorno de navidad.
Perdonen
la profusión de ejemplos, pero es que parecen insuficientes las explicaciones
que nos ofrecen expertos como Graciela Melgarejo, Piedad Villavicencio
Bellolio, Jacqueline González Rincones, Enrique Soriano Valencia, Alexis
Márquez Rodríguez, Pablo Ramos Méndez y otros reconocidos columnistas, quienes
nos ilustran cada semana con sus acertados comentarios y artículos publicados
en diferentes periódicos de Iberoamérica. Eso sin contar con el hecho de que
hoy en día, prácticamente todos podemos acceder al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) a través de internet, una facilidad que no teníamos hace apenas unos años.
Digo, si es que no queremos consultar otros cientos de obras que nos
despejarían cualquier duda al respecto.
En
efecto, quienes, insisten en el uso de la expresión “vaso con agua”
fundamentándose en que el vaso no es de agua sino de vidrio,
limitan la preposición "de" a solo
una, de veintitantas posibilidades que le adjudica el DRAE, entre las
que encontramos, precisamente, la que denota (…) “de qué está hecho algo”, e
ilustrada con el ejemplo de el vaso de plata, seguida del uso que le damos
(…) “para señalar lo contenido en algo”. El ejemplo que nos
indica el DRAE para este uso no podía ser otro que el tan vituperado vaso de
agua.
Me es muy
difícil imaginar que alguien interprete que la estructura física de un
nosocomio ha sido construida con frágiles cuerpos de inocentes criaturitas
por el hecho de que digamos “hospital de niños” en lugar de un rebuscado
“hospital para la atención de niños” (y niñas, dirán algunos), supongo que
agregándole “enfermos y enfermas”, para ser más exactos. Ni qué decir de un
avión, barco o tren de pasajeros. Creo que la solución al asunto del vaso de
agua es tan simple como que el habla es un fenómeno natural, fluido y rico
en significados que se adaptan al contexto. Sin lugar a dudas, también en
materia de lenguaje, el todo es mayor que la suma de las partes.
Óscar
Manuel Romero.
Fuente: Diccionario de la Real Academia Española. Vigésima segunda edición.
Cómo me extraña que no haya ningún comentaqrio en un sitio tan interesante como este.
ResponderEliminarFelicidades por el blog es buenísimo y muchas gracias por compartir.
Buenos días, acabo de encontrar este sitio me parece muy interesante y voy a intentar seguirlo. Saludos Bianka
ResponderEliminarCon todo respeto, me parece que es extremadamente extenso de manera innecesaria y no concreta la razón. Las preposiciones no tienen un único significado y de allí las distintas aplicaciones. La preposición "de" tiene de por sí una serie distinta de aplicaciones y usos: Puede ser usada para expresar sentido de pertenencia (la casa de Juan), origen de algo o alguien (viene de Italia), material con el que algo está hecho (caja de madera) o contenido de algo (vaso de agua), entre otros usos.
ResponderEliminarGracias por tu opinión. De verdad la aprecio.
EliminarA mi me encanto la profusión de ejemplos, porque no deja lugar a dudas y viaja uno por innumerables ejemplos de la situación, lo felicito por su hermoso curso.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias. Esa fue la intención. Esa profusión tiene un sentido sarcástico.
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